La sola idea de escuchar la palabra protocolo genera reacciones adversas porque se asocia con situaciones difíciles de manejar, pero al mismo tiempo despierta atracción por el encanto y vericuetos que envuelven los actos.
Hoy más que nunca el protocolo es fiel reflejo del orden que debe prevalecer en todo acto para que quede una imagen de prestigio.
Tiene que ver con: el rigor y la puntualidad, el manejo efectivo de juntas, las reuniones virtuales, los regalos, las invitaciones, los rituales, las precedencias, el tratamiento a los demás, la cortesía, la etiqueta en la mesa, la vestimenta correcta y mucho, muchísimo más.
La precedencia es la prioridad en el orden o en el lugar, determina la ubicación de las autoridades y símbolos patrios en las ceremonias. Esa prioridad se aplica a vehículos, estrados, mesas, cortejos y banderas.
En México la bandera nacional se ubica en el extremo derecho del anfitrión (desde el público se ve como si fuera el extremo izquierdo) y nunca cede su lugar.
Quiero contarles que la ubicación incorrecta de las banderas ha sido causa de indignación y protestas entre países. En ocasiones se han equivocado de bandera, otras veces la han colocado al revés, y otras más la han situado en el lugar incorrecto. Valga un ejemplo.
En 2022 el presidente del Gobierno Español hizo una visita a Marruecos y colocaron la bandera de España boca abajo. La foto de este hecho tuvo mucha notoriedad. El experto español en protocolo, Juan de Dios Orozco1, expresó su molestia e indignación por el trato dado a la bandera de su país y señaló: “Imagino que la señora de la limpieza, auxiliada por el fontanero y el chófer de servicio colocaron la bandera de España…” “La bandera, cualquier bandera, la de cualquier nación, debería disponerse siempre de acuerdo con la legalidad que regula su presencia; perfecta y en el lugar que le corresponda; dispuesta con solemnidad y honor.”
Los congresos, las galas y las tomas de protesta son ocasiones en que el protocolo se convierte en un recurso de persuasión muy poderoso, porque al tratar con cortesía, distinción y respeto a las personas y los símbolos, lo que se busca es obtener actitudes favorables. Cumple un propósito múltiple: cultivar las buenas maneras, ganar voluntades, prestigio y poder de influencia. ¿Verdad que tiene que ver mucho con nosotras?